miércoles, agosto 10, 2005

El gato de Iquique.


Historia real.

Obra en un solo acto.

Personajes:
1 Gato
3 Perros
1 Juan

Calle Goicolea esquina Baquedano, 02:36 am.
En una palmera gigante, a diez metros de altura se encuentra un gato adehesado al tronco. Debajo de el se encuentran tres perros, que sentados observan curiosos a este gatito.

En ese momento entro yo a escena.

Juan: (pensando) Hoooo!!!!, que tiernos como admiran la proeza del gato al treparse tan alto.



Talvez el gato se subió al árbol buscando un pájaro y de paso demostrarles a los perros la habilidad de la que ellos carecen.

Absorto estaba en eso, cuando comencé a notar que los perros, aun en completo silencio, estaban muy excitados y en sus ojos se podía ver un brillo “maléfico”.


Fue entonces cuando me dije – Juan… toma participación de una vez en esta obra -


Fui entonces a ahuyentar a los perros, porque ahora me di cuenta que el gato estaba asustado, y lo peor de todo… cansado.


Al tratar de ahuyentar a los perros tuve la certeza más absoluta de que llegue al desarrollo de esta escena, la cual comenzaba a protagonizar, sin haber leído el guión completo, y que tal vez se llamaba “La historia de nuestra realidad”, representada aquí, por un gato, tres perros y un Juan inocente.

Digo… tuve la certeza, porque los apresurados latidos de mi corazón así me lo confirmaban.


Ahora recién entiendo que el gato si leyó el argumento y acepto la representación con valor hasta el final y los perros también saben perfectamente como ha de seguir la acción, por lo tanto esperan inquietos y nerviosos la caída del gato. Esa caída que será el detonante para que ellos liberen toda su adrenalina a punto de estallar; Adrenalina que también se apoderó de mí, inmovilizándome y dejándome sin habla.


Pienso en irme, pero no puedo, es demasiado tarde, ya estoy atrapado, ya soy parte de esta fatal escena. Miro al gato, el cual talvez esta queriendo cambiar el final. Le quedan solo unos cuatro metros para alcanzar la copa del árbol, pero sus músculos ya no responden y al tratar de subir, solo consigue bajar, ya que sus patas están agarrotadas.


Veo como tiembla y de pronto siento que soy yo aquel gato, aferrado a ese árbol, que talvez es la vida y en la copa del mismo esta el conocimiento, o la real felicidad, la cual quiero alcanzar; pero esta mi fatiga y están los perros que me esperan ansiosos.


Pienso, cuantas veces he sido el árbol?, cuantas he sido el gato?, cuantas perro?... estoy en eso cuando de pronto cae el gato… diez metros en caída libre, pero aun así hace uso de su séptima vida y corre, pero solo alcanza a hacerlo un par de metros, cundo es vorazmente destrozado por lo perros quienes lo cercenan y descuartizan sin piedad, quedándose cada uno con un trozo del cuerpo del gato, como máximo trofeo de su hazaña.


Y aquí estoy yo, sentado en un banco, reponiéndome de las nauseas y comprobando que sin lugar a dudas, en este reparto…

Yo fui el actor más débil.




JZCH

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